Misión en Tarija “Chaguaya”
Inserita il: 22/11/2017
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Monseñor Francisco Javier del Rio Zendino, obispo de la diócesis de Tarija, una vez enterado de nuestra disponibilidad a la misión, nos invitó a participar en la fiesta de la Virgen de Chaguaya, Patrona de la diócesis. En el mes de julio tuvimos un encuentro con él para coordinar la nueva tarea pastoral.
Luego de un compartir fraterno, definimos nuestra participación en la fiesta de Chaguaya del 15 de agosto al 15 de septiembre, y continuando con la organización, nos pusó en contacto con el Padre Simón Díaz, Rector del Santuario. Con él, concretamos nuestra misión que consistiría en la animación litúrgica, la atención y acogida desde la secretaría del Santuario y la preparación a los sacramentos, especialmente del Bautismo.
Llegado el momento, partimos con mucho entusiasmo a la ciudad de Tarija, tierra de valles y lindas flores.
De esta manera, tomamos mayor conocimiento de esta advocación Mariana que a continuación desarrollamos: Según una leyenda, un día de 1750, una pareja de pastores volvía de su trabajo, comentando la difícil situación por la sequía de ese año. La única salvación de los cultivos y de los animales, sería una lluvia. Se hizo de noche y la pareja apuraba el paso con sus ovejas y cabras. De pronto, ambos divisaron no muy lejos, un resplandor; curiosos, se detuvieron para luego dirigirse hacia la luz. Conforme se acercaban, la luz se hacía multicolor y los rayos se entrelazaban dando una visión maravillosa. Ambos quedaron absortos contemplando este juego de luces que en forma paulatina dio paso a una bella imagen de la Virgen María en la copa de un molle, árbol típico de la zona. Cayeron de rodillas, besaron el suelo exclamando "¡Virgencita mía, bendito sea Dios!" Al levantar la cabeza vieron que la imagen ya no estaba.
Al siguiente día, con las primeras luces del alba, fueron al lugar de la aparición: allí estaba la imagen. Se la llevaron a su rancho, colocándola en un lugar de preferencia. Una vez que los vecinos se anoticiaron acudieron a la casa para venerar a la Santísima Virgen, pero se encontraron con la sorpresa de que la imagen había desaparecido. Rápidamente todos fueron al lugar de la aparición. En efecto, la imagen reposaba en el frondoso árbol, envuelta en un rayo de luz. De rodillas, oraron toda la noche, y se fueron sumando otros lugareños con antorchas y hogueras, acompañando a la imagen, y le prometieron construir una capilla en ese mismo lugar. Y en la década de 1980 se construyó el actual santuario, que fue declarado basílica.
Las hermanas, que hemos vivido de cerca esta hermosa fiesta Mariana, destacamos la fe sencilla y humilde de la gente que a millares, a lo largo del mes, peregrinan hacia el Santuario. Entre bendiciones, procesiones, Eucaristías llenas de cantos, fueron pasando los días de una intensidad completa. La Virgen de Chaguaya, junto a su pueblo, nos llegaba y hablaba al corazón.
La jornada se iniciaba muy temprano, especialmente los fines de semana; los peregrinos acudían al templo durante toda la noche y la madrugada, a las 5 de la mañana, daba inicio la primera Misa continuando luego a las 7:00, 9:00, 10:30, 12:00, por la tarde a las 15:00, 17:00 y 19:00 hs. Con la ayuda de agentes de pastoral, laicos y jóvenes comprometidos nos turnábamos para poder brindar una buena acogida y atención pastoral.
Compartíamos juntos a todos los colaboradores, durante las comidas, momentos fraternos y nos enriquecíamos al escuchar las vivencias que cada uno tenía junto a la “Mamita de Chaguaya”.
Al finalizar el día, cuando lográbamos cerrar el templo, era el momento de prepararlo para el día siguiente. Muchísimas flores y velas eran llevadas por los promeseros, éstas eran los testigos de hermosas oraciones llenas de fe y confianza única en la intercesión de la Madre. Junto con sus flores y velas también dejaban sus penas, alegrías y renovaban su entrega a través de la promesa.
Cuando un devoto de María se decide a peregrinar al Santuario se dispone a recorrer los siguientes pasos, porque peregrinar a Chaguaya es un espacio y tiempo privilegiado para: un encuentro:
- Un encuentro con uno mismo, para la reflexión y auto evaluación.
- Un encuentro con los demás, en la solidaridad.
- Sobre todo un encuentro con Dios, en la oración, confesión y la Eucaristía.
1° Paso.- LA PROMESA: Es un compromiso personal, libre y responsable con la Virgen María de Chaguaya, que consiste en asegurarle o prometerle un cambio de vida personal (conversión), mediante el sacrificio de ir caminando, para estar con Ella por puro amor a Dios.
2° Paso.- LA PEREGRINACION (junto a la procesión) Es llevar a la realidad nuestra promesa caminando en búsqueda de una purificación y renovación interior.
3° Paso.- LA CONFESION: El Sacramento que limpia interiormente, borra el pecado, purifica el corazón y nos renueva el Espíritu.
4° Paso.- LA CELEBRACION DE LA EUCARISTIA: En ella hacemos memoria de Jesús que nos da como alimento, su mismo Cuerpo y su Sangre por amor.
5° Paso.- LA PISADA: Es el contacto con la Virgen, el “encuentro” - Ella y yo -, meta final y culmen de la peregrinación. En la pisada su cuerpo esta simbólicamente sobre el mío, es un signo de protección, bendición, cariño y victoria sobre el pecado.
6° Paso.- ENCENDER VELAS: Es un signo por medio del cual renovamos nuestra fe; la luz que se nos entregó en el día del Bautismo, en ese momento la encendemos para que María acompañe nuestro diario caminar.
7° Paso.- CAMINO AL CALVARIO: María acompaño a su hijo Jesús en el camino del calvario, hoy Ella sigue acompañándonos también en los momentos de dolor y sufrimiento. En este recorrido se reza el rosario implorando a Dios por intercesión de la Virgen de Chaguaya, que nos conceda su protección dándonos vida y salud.
8° Paso.- LA GASTRONOMIA: Toda fiesta se celebra en torno a una comida, tanto espiritual como la comida fraterna. En la peregrinación al Santuario de Chaguaya, también no puede faltar esta tradición. (las chirriadas, jugo de caña, picante de gallina, sopa de maní…). Es bueno destacar que esta es una de las fiestas religiosas en Bolivia donde no se consumen bebidas alcohólicas.
Para nosotras como Pastorcitas, fueron momentos fuertes de espiritualidad mariana, donde más que dar hemos recibido muchos ejemplos de fe y de encuentro con Dios, al mismo tiempo, esta experiencia nos ayudó a acrecentar nuestra comunión con el clero diocesano.
Gracias Virgencita de Chaguaya!
Algunos testimonios:
“La fuerza de la fe es grande”, comenta Daniel Antelo, quien va a pie desde niño hasta Chaguaya. Son 18 años que acude al lugar junto a sus amigos o familiares. La promesa que hizo a la Virgen es que mientras tenga salud, irá caminando hasta el Santuario. “Aunque no siempre se pide algo a la Virgen, sólo lo haces por fe, pero Ella te ayuda. Me cumplió algunos anhelos”, comenta y recuerda que cuando era niño la vía era más pedregosa y angosta. Ahora hay puentes en los ríos para pasar, antes teníamos que hacerlo a través de las “saltanas”, en medio del agua fría. Él, al igual que otros peregrinos, casi al iniciar la caminata levanta una piedra que es transportada hasta el lugar denominado “La Apacheta”. Los peregrinos indican que el tamaño de la piedra debe ser de acuerdo a la “magnitud del pecado” que se cometió.
Alesa Gutiérrez que acude al Santuario desde hace 10 años consecutivos: “La Virgen me ayudó mucho. Lo que le pedí me cumplió”, comenta. “Dicen que si te salen ampollas es porque has pecado mucho, pero debes llegar hasta el Santuario. Es increíble cómo, pese a estar cansada, llegas de rodillas hasta los pies de la Virgen para hacerte pisar”.
Comunità di Yacuiba, Bolivia
